viernes, 1 de febrero de 2008

MELODRAMA A LA SALA MONASTERIO EL DIA DE LA MARMOTA


31 años de Melodrama
RAFAEL Tapounet
("El Periódico", 1/2/08)

Solo a una banda como Melodrama se le ocurre montar un concierto de reunión --mañana, en la sala Monasterio, ¡gratis!-- para conmemorar los 31 años de existencia del grupo. No los 25, ni los 30. Los 31. Y no son ganas de enredar ni de hacerse los listos o los interesantes, no. Es que, una vez tomada la decisión de festejar las tres décadas con una actuación especial, y tras una primera prueba ante amigos y familiares que tuvo lugar el pasado junio en el almacén de la editorial Glénat, se les vino el 2008 encima entre ensayos y preparativos y, casi sin darse cuenta, se plantaron en el año 31. A Melodrama la heterodoxia les salía siempre así, como sin querer.
Dionís y Toni Olivé, Joan Navarro y Carles Collazos debutaron en 1977 en el antiguo Zeleste de la calle Argenteria, y ya desde el principio desafiaron al imperio de la turra layetana con un pop afable e irónico de inequívoca impronta sesentera. Llevaban las de perder, claro. El divino Sisa los contrató como banda de acompañamiento y juntos hicieron un disco estupendo que se vendió poco. En los años del punk y el imperdible, Melodrama se hacían retratar con jerséis de cuello en uve y citaban en sus canciones el estomacal Bonet. Y cuando la eclosión de la movida madrileña imponía una nueva sensibilidad pop, ellos grabaron un sencillo producido por ¡Tony Ronald! No tuvieron suerte, vale, pero lo cierto es que tampoco la persiguieron con demasiado ahínco.
Y, sin embargo, Melodrama es uno de los pocos grupos barceloneses de los 80 que de verdad importan. Las composiciones de Dionís Olivé, brillantes tanto en catalán como en castellano, tendían un puente entre el elegante costumbrismo de Ray Davies y el resignado fatalismo de vermut con sifón de la escuela humorística de Bruguera. Nadie encajaba los reveses de la fortuna con tanta desenvoltura como los héroes de sus canciones. Salvo, quizá, ellos mismos: el primero de los dos elepés que publicaron se titulaba L'èxit truca a la porta; el segundo, Grandes fracasos.
No se molesten en buscarlos, porque son prácticamente inencontrables, igual que sus magníficos singles. A ver si ahora alguien se anima y pone todo ese legado. al alcance del público. 31 años son una excusa inmejorable.

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